domingo, 29 de mayo de 2011

¡Nuevas ideas!

Bueno, ahora que me ha picado el bichito de Los Juegos del Hambre...¡aprovecho para anunciar que ya tengo historia nueva!

Va a tratar de la hija de Katniss y Peeta, Blue Everdeen, cuando compite en los Juegos del Hambre con su mejor amigo Chase Hawthorne, el hijo de Madge y Gale. La segunda y tercera parte de En Llamas y Sinsajo nunca sucedieron, ya que el presidente Snow ha modelado la familia perfecta con los dos vencedores del Distrito 12, y en seguida Blue y Chase se verán envueltos en el sangriento mundo de los Juegos del Hambre, empezando una oscura y siniestra rebelión...

La segunda idea trata sobre Peeta y Katniss. ¿Qué pasaría si Prim nunca hubiera sido elegida para la cosecha? ¿Y si, encima, Gale fuese el elegido para representar al tributo masculino del Distrito 12? Peeta le demostrará a Katniss que está ahí para ayudarla y que no la dejará sola. ¿Nacerá entre ellos la amistad, o algo más?

Bueno, ahora que he roto esta inactividad, ¡esperad nuevos capítulos! :D

sábado, 16 de abril de 2011

Tres Años en París - Capítulo 2

-Bonjour! -nos dijo la azafata con una sonrisa amable-. Je suis Heloïne. S'il-vous plaît, demander de l'aide si est nécessaire.

-Bien sûr, madam -contesté yo con un pulcro francés. Caramba, lo dije tan bien que me sorprendí hasta a mí mismo.

La azafata asintió amablemente y se fue. Yo estaba tan chulo, sentado en mi asiento. Acababa de apagar el iPhone, tras poner en mi estado de Tuenti: "volandooo!", y lo tenía metido en el bolsillo del vaquero. Aquel día llevaba una camiseta de Hollister, vaqueros y DCs negras y rojas. Iba sentado entre Benjamín, que leía tranquilamente uno de sus libros de Gerónimo Stilton, y Luisa, que enviaba mensajes con su BlackBerry como si le fuese la vida en ello.

-Tierra llamando a Luisa Castro Vidal, tierra llamando a Luisa Castro Vidal... -repetí con voz monótona, solo por fastidiar.

-Cállate -replicó mi hermana, molesta, sacándome la lengua. Yo solamente puse los ojos en blanco y me reí.

-Tienes que apagarlo -apunté-. O ponerlo en modo avión.

Mi hermana dio un bufido, pero lo puso en modo avión y se recostó en su asiento, suspirando. Cuando ya surcábamos el cielo, entre las esponjosas nubes, Benjamín empezó a darle la lata a Luisa para que le dejase la BlackBerry para jugar, a lo que mi hermana finalmente aceptó, con un gesto aburrido.

-¡Bieen! -exclamó mi hermano.

Entonces se me ocurrió ver a quién estaba enviando mensajes frenéticamente mi hermana. No había que ser un gran genio para saberlo, pero quería estar seguro, así que, fingiendo que me iba al baño, le di el cambiazo a Benjamín del iPhone por la BlackBerry y empecé a cotillear los mensajes de mi hermana. Uno de Estrella, que la invitaba al cine, otro de Margarita, que le decía si se iba a la discoteca...hasta que encontré uno de "Rober", el novio de Luisa. Era el más reciente, mira tú qué casualidad. Empecé a leer con ávida curiosidad, intentando descifrar el enigma que me planteaba el idioma Messenger de mi hermana.

R: ola :)
L: cmo pds poner una cara contenta aora
R: keria dart animos wapa
L: no kiero pensar k no t vere en 3 años...
R: lo pasaremos rapido tranki sabes k t kiero
L: si lo se desde acen 3 años :D
R: bno k nos veremos pronto ya veras en navidades t vas a cagar cuando vengas
L: ya ni puedo sperar a vert y akbo d irm t voi a llamar todos los dias :)
R: ya ves k tu tmbn pones caritas contentas ;)
L: tk un montooon tengo k apagar el movil t llamo cuando llegue a paris tk tk tk

Me quedé de piedra. De repente, me dio un montón de lástima mi hermana, y empecé a entender cómo se sentía. A ver, yo siempre había sabido que lo estaba pasando mal desde que nos dijeron lo de que nos mudábamos, pero vamos, que no me lo esperaba tan fuerte. Ni siquiera sabía que llevaban saliendo ya tres años...pobrecita. Y pobre la factura de teléfono como le llame todos los días...je, je.

En cualquier caso, en seguida volví a mi asiento, y le volví a dar el cambiazo a Benjamín. Lo peor (sí, sí, lo peor) era que Luisa estaba tan absorta que no se dio ni cuenta. Aquello era extrañísimo, ya que ella siempre estaba al acecho por si Benjamín o yo hacíamos una de las nuestras. Sin embargo, estaba contemplando el asiento de delante, tan concentrada en sus propios pensamientos que no podía ni parpadear. Di un suspiro y me recosté en mi asiento, hundiendo la cabeza en el mullido reposa-cabezas del asiento...aquello de ir en primera clase tenía sus ventajas. Empecé a entrecerrar los ojos, sonriéndole al destino en toda la cara y esperando a lo que quisiera que sucediese.

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En el próximo capítulo...¡visita a la nueva casa y un paseo por el barrio en el que Alejandro conocerá a algunos de sus vecinos!

Ah, y hago nota ahora para que no se me olvide: voy a estar constantemente usando expresiones en francés.

Bueno, ¡hasta pronto!

Nicky~!

Tres Años en París - Capítulo 1

Bueno, sé que dije que iba a escribir primero "Dos Años en Londres", pero...¡no me he podido resistir a escribir sobre la ciudad de la luz y del amor primero! :D

Bueno, esta historia trata de un chico que se llama Alejandro, que tiene catorce años y se muda a París con sus hermanos Benjamín, de diez años, y Luisa, de dieciséis. A ver en qué desventuras se mete el chico este con sus nuevos amigos, los gemelos Claudia y Edouard.

Bueno, sin más dilación...¡aquí va!

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París.

París.

Aquello no sonaba bien en mi cabeza. Estaba casi convencido de que tampoco sonaba bien en la de mis hermanos.

-No puedo creerlo -sentenció Luisa, dando un golpe en la mesa-. No podéis hacerme esto.

-¡Sólo son tres años, Luisita! -exclamó mi padre-. Se pasarán volando.

Mi hermana le miró con lágrimas en los ojos.

-¡No lo entiendes! -explotó de repente-. ¡Aquí lo tengo todo! ¡Mis amigos, mi instituto, mi plan de vida...y a Roberto! ¿Qué voy a hacer en París, eh? ¿Me lo puedes decir? Estoy en primero de bachillerato. ¡Tendría que empezar a ir a la universidad allí!

-La Sorbogne es una de las universidades más prestigiosas del mundo -replicó mi padre, tajante.

Mi hermana no pudo aguantar más y reventó, solamente acertando a llorar desconsoladamente. Ni Benjamín ni yo sabíamos qué hacer: no entendíamos de tías. Quiero decir, somos chicos...no podemos hacer mucho con los dilemas de nuestra hermana mayor.

-A mí me parece bien -comentó Benjamín tras una pausa-. París tiene que ser muy bonito.

-Sí, para ir de viaje -bufé yo-. Pero...¿tres años?

-Es lo que me ha propuesto la multinacional -explicó papá-. Tres años o nada.

-¿Qué tal nada? -sugirió Luisa, en un tono un tanto borde.

-Tendríamos dinero suficiente para que Alex y tú entrases en La Sorbogne -añadió mamá, tratando de hacer sentir a mi hermana mejor.

¡Aquello era una mierda! No me podía creer que mis padres nos fueran a obligar a marcharnos tres años de Madrid. Yo estaba tan bien allí, con mis amigos, mi instituto...vale, no, no tenía novia. La última que había tenido era Elena, pero lo dejamos hacían unas semanas. Pero, ¿y qué? Solo estaba a las mil maravillas. Pero...entrar en una de las mejores universidades del mundo...caray. No podía creerlo. ¿Qué hacer? No quería quedar mal con mis padres, pero no quería hacerle la putada a mi hermana de no apoyarla en un momento tan difícil.

-A mí me da igual -sentencié, levantándome de golpe.

-Entonces ya está todo decidido -sentenció mi padre-. Nos vamos.

-¿Cuándo? -gimió Luisa con debilidad.

-Mi amigo Paul nos ha buscado una buena casa en el centro de la ciudad...seguro que os encanta. Nos mudaremos a fin de mes.

¿Fin de mes? ¿En mitad del curso? Aquello me parecía exagerado. En realidad, no me venía nada mal, porque tenía los parciales a fin de mes, pero aún así...empezar de cero...y en Francia, nada menos. Que yo sabía muy buen francés, no me malinterpretéis, pero me daba mal rollo todo aquello. ¿Qué pasaba si en el instituto nuevo no hacía buenas migas? ¿Y que pasaba si no tenía un francés a la altura de las circunstancias? Aquello mismo le pregunté a mi padre, que me contestó con una sonrisa:

-Todo saldrá bien, Alex. Lo único que tienes que hacer es hincar los codos con el francés, ¿entiendes?

Yo asentí secamente y corrí a mi cuarto a coger mi libro de francés, À Toi!, y empecé a leer todo el temario. Sí que tenía que apretar si quería ser mínimamente normal en París...¡nos marchábamos en a penas dos semanas!

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Bueno, eso ha sido todo por ahora :D ¡Pronto habrá más!

James Potter y el Cetro Secreto - Capítulo 7

¡Hola a todos! Este es mi nuevo capítulo, "Número 4 de Baker Street, Hogsmeade", porque, en este capítulo, cierto objeto que le había dado su padre viene a la memoria de James, y prácticamente obliga cierto primo suyo y cierta mejor amiga a cierto pueblecito mágico del norte de Inglaterra...bueno, al caso... ¡disfrutad de esta nueva entrega!

-.-.-.-.-.-.-

-¿QUÉEEEEEEEEEEEEE? -gritó Alice mientras escuchaba a mis palabras-. ¡Estáis locos! ¡De remate! ¡Completamente! ¡Psicópatas!

-Parece que se lo ha tomado mejor de lo que esperábamos -rió mi primo, ganándose una buena colleja de mi amiga, que, furiosa, se atusaba la corbata de Gryffindor.

-Venga, Alice -supliqué-. Sólo una vueltecita. ¡Siempre he querido ir a Hogsmeade! Imagina Zonko's, Hogsmeade, La Cabeza de Puerco...¡Y Tomes and Scrolls!

-Tomes and Scrolls... -repitió Alice-. Es la mayor librería mágica de Inglaterra, incluso más que Flourish and Blotts...

-Y además, podemos ir a mi casa a echar un vistazo -añadió Fred-. Mis padres pasan el tiempo que estamos en Hogwarts en nuestra casa de Hogsmeade.

-Bueno... -la chica asintió y esbozó una sonrisa-. Vale...¡solamente unas horas! Pero...¿cómo iremos?

-De eso no te preocupes -dije yo. Chasqueé los dedos, y en seguida apareció por la puerta de la sala común Fred, cargado con unos trastos que le había dado.

-Cacharros Potter & Weasley S.A. -canturreó Fred-. Primer objeto que utilizaremos: la capa de invisibilidad del padre de James.

Acepté la capa de manos de mi primo y me la eché sobre los hombros, como la tela era translúcida, pude ver el semblante sorprendido de Alice.

-¡Ostras! -exclamó mi amiga-. ¡Ya me acuerdo! Mi padre me contó que el tuyo tenía una tela de esas. Es...¡fascinante!

-Una tela de esas -remedó mi primo-. No es...una tela de esas. ¡Es la tela!

Le pasé la tela a mi amiga, que se la puso en seguida y empezó a correr como loca.

-¿Me veis? No, ¿verdad? -sentí cómo una mano me daba una colleja, pero me di la vuelta y no vi nada-. ¡No sabes donde estooooy, Jamesie!

-Está peor que después de tomarse un café -confirmé a mi primo. Luego alcé la voz-. Ya vale, Ally. Deja de hacer tonterías.

Mi amiga dio un bufido y se quitó la tela. En serio, por muy lista que quisiese parecer, a veces era igual o más inmadura que nosotros. Me la dio y mi primo y amigo sacó del pantalón de sus vaqueros (íbamos con ropa normal porque era sábado por la mañana y acabábamos de venir de desayunar) el Mapa del Merodeador.

-Juro solemnemente que esto es una travesura -recité, apuntando con mi varita al papiro aparentemente en blanco.

En mis manos se desplegó un mapa al completo de Hogwarts, con dónde estaba cada persona en aquel mismo instante. Los tres miramos con fascinación cómo se movía la directora McGonagall por el pasillo, cómo Slughorn escribía tranquilamente en su despacho, o podíamos ver a la profesora Sprout en los invernaderos.

-Entonces...¡venga! -exclamé con energía-. ¡Vámonos ya a Hogsmeade!

***

-¡Achús! -estornudó Alice mientras entrábamos en el almacén de Hogsmeade-. Todo lleno de polvo...y aquí guardan las chucherías de Hogsmeade...

-No protestes y subamos -repliqué yo-. Venid, por aquí es.

Nos volvimos a echar la capa por encima y salimos del almacén. Llegamos a la tienda, donde inmediatamente me embriagó el olor a golosinas, dulces y chucherías, además de darme directamente en los ojos todas las luces y colorines de la tienda. Pude ver que estaba prácticamente vacía, salvo por un par de pequeños curiosos que iban de acá para allá buscando ocupar su tiempo hasta que empezase en Hogwarts.

Salimos de la tienda y nos quitamos la capa. La guardé en los bolsillos del vaquero hecha una boñiga, junto con el mapa.

-Guardad las varitas -nos indicó Alice-. Tenemos que aparentar tener un año menos.

-Si nos preguntan, somos el hijo y sobrinos de George Weasley -añadió Fred-. Mi padre nos tapará seguro.

Los tres guardamos nuestras respectivas varitas y luego entramos en la tienda poniendo nuestras caritas más angelicales.

-Buenos días -dijo la señora, alzando las cejas-. ¿No sois muy mayores ya? Deberíais de estar en Hogwarts?

-Yo tengo once años, pero empiezo en Hogwarts el año que viene -explicó Alice, que es la más mayor de los tres-. Y ellos dos tienen diez años.

-Entiendo -dijo la señora de la tienda-. En fin, sed libres de coger lo que queráis siempre que tengáis el dinero suficiente.

En aquel momento supe que me iba a calzar las botas con todo lo que había. Cuando contemplé mi botín, tenía de todo un poco: grageas de todos los sabores, ranas de chocolate, varitas de regaliz, calderos de chocolate...y mucho más. Cuando fui a pagar, la señora me lo dio todo en una gran bolsa de colores que tuve que cargar a mi espalda. Cuando vi la de mi primo, poco más pequeña que la mía, comparada con la de Alice, una cosa de unos ocho centímetros de ancho y treinta centímetros de alto, no pude evitar comentar que había cogido demasiadas pocas chucherías.

-¿No será que vosotros habéis cogido demasiadas? -replicó, riendo.

Arrastrando las dos bolsas de golosinas, nos desplazamos a Zonko's, una tienda de paredes naranjas y rojas y con estantes de caoba lleno de bromas.

-Yo voy a Tomes and Scroll's mientras tanto -anunció Alice-. No se me ha perdido nada aquí.

Mi primo y yo lo pasamos de lo lindo, y al final compramos algunos artilugios de bromas que nos vendrían muy bien durante el curso. Tras eso, nos encontramos con Alice, que arrastraba tras de sí con una bolsa que contenía algo así como un millón de libros.

-Y luego dice que nosotros compramos mucho -refunfuñé mientras nos dirigíamos a Sortilegios Weasley, donde esperábamos encontrar a mi tío George.

Llamamos a la puerta de la casa rápidamente, echando una ojeada por si alguno de los vecinos de los Weasley nos reconocía. Un hombre de pelo pelirrojo y barba del mismo color, acompañada por unos grandes ojos azules, nos abrió la puerta.

-¡Chicos! -exclamó-. ¿Qué hacéis aquí?

-Hemos venido a visitarte -dijo Fred, abrazando con fuerza a su padre. En aquel momento, me sentí terriblemente nostálgico, al ver a mi mejor amigo abrazar a su padre. El mío, sin embargo, estaba a muchos kilómetros de allí, y no podría verle hasta dentro de dos meses.

-Ven aquí, muchachote -me dijo mi tío, abrazándome-. Habéis crecido mucho, ¿eh? Bueno, pasad, que como os pille aquí Angelina...

Entramos los tres, y nos sentamos en el salón. El tío George nos contó que mi prima Roxanne había ido el otro día con el colegio, y que la tía Angelina había salido de compras.

-Os tenéis que ir antes de que llegue Angelina... -murmuró George-. Si no me va a caer una buena bronca. Pero mirad, os daré unos regalos... -nos puso en las manos a cada uno una caja de pastillas vomitivas, una caja de gominolas agudas (las que hacen que se te ponga la voz aguda como un pitufo) y un ojo cámara para espiar-. Ahora, marchaos. Como llegue Angelina.

Nos revolvió el pelo a cada uno y nos llevó a la puerta de la casa, donde le abrazamos otra vez y volvimos a Hogsmeade, arrastrando nuestras bolsas.

-¡Volved pronto! -oímos gritar al tío George justo antes de doblar la esquina.

Sonreí. Oh, claro que volvería.

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¡Eso es todo! Bueno, no tengo mucho más que decir. En el próximo capítulo...¡el Festín de Halloween!

Nicky~!

Ampliación de Idea

¿Os acordáis de la historia "Dos años en Londres"? Pues ya estoy escribiendo el primer capítulo, pero se me ha ocurrido una idea: una serie de historias sobre adolescentes y sus familias que se mudan a distintos lugares del mundo. Se llamaría "Crónicas de Viajes" y tengo ya algunos títulos:


  1. Dos años en Londres
  2. Cinco años en Nueva York
  3. Un Año en Philadelphia
  4. Tres años en París
  5. Cuatro años en Madrid
  6. Un año en Tokyo
  7. Un año en Atenas
  8. Un año en Roma
La única relación que tendrían sería que son unas familias que se mudan desde España a otro lugar, pero las situaciones, amistades y demás son completamente distintas.

¿Qué os parece?

¡Nos vemos en el Cruce de Historias!

El Nuevo Campamento - Capítulo 2

Bueno, aquí va el segundo capítulo de mi primera historia de Percy Jackson ^^ Este tratará esencialmente de la primera actividad de una de las cuatro partes del primer día...la clase de tiro con arco... ¡Espero que os guste!

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Tras el desayuno, los veinticuatro semidioses que en aquel momento poblaban el campamento siguieron a Quirón hasta el centro del campamento, donde había una esplendorosa fuente con aguas cristalinas. Lucas a penas pudo resistirse a la tentación de tratar de levantar el agua y echársela toda a Xavier en la cabeza, aunque su hermana Martina se lo había prohibido terminantemente. El chico, con un suspiro resignado, había mirado al centauro con expresión aburrida, lo mismo que a los profesores en el colegio.

-Os explico -dijo Quirón-. Tenemos cuatro actividades hoy: tiro con arco, lucha de espadas, supervivencia y griego clásico.

Todo el mundo pareció conforme con las actividades elegidas, por lo que siguieron al centauro hasta la pista de tiro con arco, donde cada uno se hizo con un carcaj y unas flechas y se dividieron en grupos para practicar. El primero estaba formado por cuatro grupos de seis, como los había dispuesto Quirón.

-Grupo Uno: Alex, Molly, Sally, Lucas, Martina y Mario. El segundo grupo es: Louis, Francis, Max, Bea, Martha y Rachel. El tercero: James, Andrew, Alfred, Angie, Lisa y Peter. Y el cuarto: Xavier, Jay, Mia, Manny, John, Anthony. Bueno, ya podéis empezar.

Al partirse los grupos, el primero rápidamente se puso en marcha con sus prácticas.

-¡Qué bien, Sally! -exclamó Molly, abrazando a su hermana-. ¡Estamos las dos en el mismo grupo!

-Sí -rió su hermana en conveniencia.

Los seis empezaron a practicar, y, mientras que Martina apuntaba, los demás observaban su técnica, sentados todos en unas rocas. Alex le estaba explicando algo a Lucas sobre las navajas suizas, y el hijo de Poseidón parecía bastante interesado por el tema. Mientras tanto, Molly y Sally hablaban juntas, mientras que Max se ataba los zapatos en silencio.

-Y tú, ¿qué? -inquirió Sally, dirigiéndose al chico pelirrojo-. Seguro que se te da genial el tiro con arco.

-¿Cómo lo sabes? -contestó Max, alzando la cabeza.

-Lo he leído en alguna parte -explicó la chica, sonriendo. Le encantaba mostrar sus capacidades a los demás. Además, no sabía por qué, pero aquel Mario le estaba cayendo bastante bien. Al poco rato, los tres habían empezado a conversar animadamente, hasta que Martina se sentó, anunciando Quirón el cambio de tirador.

-Te toca -indicó Martina a Molly, sentándose con su hermano y Alex. La chica meneó la cabeza-. No estaréis hablando de cuchillos, no?

-Le estaba contando cómo se hacen las navajas suizas -replicó Alex, un tanto ofendido.

-Ay, bueno, perdone usted -rió Martina, levantando las manos, fingiendo disculpas-. Pero lo último que me faltaba para quitarme el sueño era tener un hermano con cuchillo...

-Pues me he traído el set de navajas que me regaló mi tío -contó Lucas de una risotada.

-Eres un incordio, ¿sabes? -dijo Martina, poniendo los ojos en blanco y dándole un puñetazo amistoso a su hermano. En el fondo, aunque muy en el fondo, sabía que aquellos dos chicos iban a ser grandes amigos suyos.

***

Mientras tanto, en el segundo grupo, también se habían formado corritos de amistades. Louis y Francis parecían estar de acuerdo en algo sobre béisbol, que habían descubierto como coincidencia en ambos.

-Qué raro, yo pensaba que los de Atenea erais unos empollones -rió Louis. Obviamente no pensaba eso realmente, solamente lo decía por fastidiar a su nuevo amigo.

-Lo que tú digas -bufó Francis-. ¿De qué equipo eres?

-San Francisco 76ers -respondió Louis con orgullo.

-¡Pero si ese equipo es el peor! -exclamó Francis-. Yo soy de los Phillies de Philadelphia.

-¡Oye! -exclamó el hijo de Apolo-. Que ganaron la liga hace ocho años.

-Pues vaya -rió Francis-. Los Phillies la ganaron hace dos. Solamente que la última liga la ganaron los Red Sox.

Mientras los dos muchachos mantenían un tremendo debate sobre cuál de los dos equipos era mejor, Bea puso los ojos en blanco.

-Sólo tengo una palabra para estos dos: increíbles -suspiró.

-...mente estúpidos -terminó Martha, a su lado.

Las dos chicas rieron. Al ver que los otros dos se giraban a ver qué pasaba, en seguida menearon la cabeza como para decirles que no iba con ellos. Francis se encogió de hombros y siguió hablando de algún equipo de Iowa, ante lo cual las dos chicas no pudieron evitar reír otra vez.

Mike estaba sentado en una piedra, algo así como meditando. Su hermano Louis le había ofrecido sentarse con él y Francis, pero Mike había sentido que lo interrumpiría en su conversación. Sin embargo, cuando Rachel llegó a darle a Martha el arco y se sentó a su lado, el chico comentó:

-¿Qué te parece el campamento?

-Pues está bien -contestó Rachel, algo sorprendida por su repentina pregunta.

-¿Y tus hermanos?

-Bueno, Peter es un pequeño incordio, pero... -la chica esbozó una sonrisa-. Es un buen chico, ¿sabes? En el fondo me cae bien.

-A mí mis hermanos me caen bien -explicó Mike, riendo-, aunque Alfred está en otro grupo y parece que Louis ha encontrado un buen amigo en Francis. No lo culpo, me alegra que haya hecho buenos amigos.

-A mí me pasa lo mismo -convino Rachel-. La única persona con la que había hablado hasta ahora desde que llegamos ha sido Peter.

-La verdad es que pareces simpática -comentó Mike.

-Bueno...supongo... -musitó Rachel, sonriendo con timidez.

¿Por qué le estaba dando la impresión a Rachel de que aquel chico de pelo castaño llegaría a ser uno de sus mejores amigos?

***

El tercer grupo también estaba repartido en grupitos, que reían, comentaban o simplemente hablaban de sus vidas.

-Y entonces fui y le dije a la niña, "¡pero si no toca carne hoy!" -concluyó Andrew, narrándole una de sus peripecias por el mundo a su nuevo amigo Alfred.

Su amigo estalló en carcajadas bien sonoras que se pudieron escuchar por todo el campus.

-¡Ja, ja, ja! -rió-. Esa ha sido buena, Drew.

-¿Y tú, Al? -inquirió el chico de gafas naranjas-. ¿A ti no te ha pasado nada de eso antes?

-Bueno, yo no soy muy de gamberradas -explicó el chico de pelo negro.

-Ah, conque eres un buenecito, ¿no? -rió Andrew-. Bueno, da lo mismo. Está bien. Ya te enseñaré yo a gastar buenas bromas...

-Eso espero -dijo Alfred, riendo.

Mientras tanto, Lisa tenía su nariz sumergida en uno de los libros que estaba leyendo, Romeo y Julieta.

-Te pareces más a mamá de lo que piensas -comentó Angie de repente.

La chica levantó la cabeza.

-¿Por qué lo dices? -preguntó, algo malhumorada. No le gustaba que la relacionasen con Afrodita.

-¿Qué género literario te gusta más?

-Pues...supongo que el romance clásico...

-¿Y tu peli favorita?

-Titanic, sin ninguna duda.

-¡Ves! -exclamó Angie-. En el fondo, quieras que no, aparte de la belleza has sacado algo más. Vale, puede que no seas una idiota, pija de remate como Mia, pero...tampoco es malo ser hija de Afrodita, ¿oyes? Tienes que saberlo.

Lisa hizo un pequeño mohín, pero luego asintió lentamente.

-Tienes razón -admitió-. Supongo que no está tan mal. Además, me divierte insultar a esa estúpida.

Las dos chicas rieron, y vieron cómo James y Peter hacían lo mismo, pero por motivos bastante distintos.

-¿En serio que le tiraste un huevo crudo a la cabeza? -rió Peter escandalosamente, con su habitual voz chillona.

-Pues sí -admitió James-. La verdad es que Annie ya me estaba poniendo de los nervios, reventé y...¡cataplún! Huevo crudo que le cayó en todo el pelo.

-¡Qué malo eres! -rió Peter.

Los dos chicos siguieron riendo como locos ante las tonterías que decía cada uno, conociéndose los dos uno mejor al otro.

***

El cuarto grupo no iba tan bien como esperaban. Se habían dividido en dos grupos: Mia, Xavier y Jay, y Manny, John y Anthony.  Los tres primeros estaban sentados en tres rocas distintas. Mia se estaba pintando las uñas de un color rosa fosforito de lo más hortera, mientras que Jay le daba unos chutes a su balón de fútbol y Xavier la miraba con extrañeza.

-Las niñas de Afrodita seréis unas pijas -apuntó el chico con descaro-. Pero tú al menos estás buenísima.

-Eso ya lo sé, ricura -replicó Mia-. Pero tendrías que ver a las parias de mis hermanas. Son unas horteras, y unas buenecillas...

-Tampoco están mal -replicó Jay mientras chutaba el balón con fuerza.

Los tres quedaron en silencio. La verdad era que eran el grupo más prepotente de todo el campamento, pero a ellos les gustaba así, aunque Jay podía ser mucho mejor de lo que aparentaba, le gustaba ser así por la inseguridad de no caerle bien a sus amigos si mostraba su auténtico ser.

Mientras tanto, los otros tres miembros del equipo estaban sentados en silencio. Manny estaba sentado en silencio con semblante serio, mientras que John estaba tirado sobre la hierba, mirando las nubes. Anthony probaba sus zapatillas distraídamente.

-Son chulas las zapas -comentó Manny un rato después.

-Gracias -dijo Anthony-. Regalo de mi padre. Mis hermanos también las tienen, pero he sido el único que se las ha puesto para venir aquí.

-¿Puedes volar? -inquirió John, levantando la cabeza.

-No sé muy bien aún -explicó el perezoso muchacho-. La verdad es que no tengo muchas ganas de volar, de todas formas. Cuesta un montón elevar el vuelo...y no hay ganas, realmente.

Manny no dijo nada. Le parecía raro, pero había entablado una buena amistad con su hermano y el chico vago de Hermes. Quién lo diría...él, que siempre había sido un lobo solitario, tenía dos buenos amigos...por primera vez se sintió bien. Como si hubiese cambiado.

Eso era lo que siempre le había faltado.



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¡Espero que os haya gustado! He tardado una semana o así desde la última vez que publiqué, pero es que he estado súper ocupada con el insti y tal...solamente me ha dado tiempo de publicar algo en el otro blog de cuando en cuando @_@

En cualquier caso, ¡espero que haya llegado a la altura!

Introduzco aquí unas pequeñas notas, como las parejas de mejores amigos de cada uno (sí, sí, así son también en la realidad). Ah, y los grupos elegidos para las actividades se mantendrán siempre, salvo cuando se atrape la bandera, que se fusionarán en dos equipos, y son grupos de los amigos más cercanos en los casos de los tres primeros grupos. Ahora sí, las parejas de mejores amig@s (hay cuatro tríos de amigos):
  • Alex, Lucas y Martina
  • Manny, John y Anthony
  • Louis y Francis
  • Alfred y Andrew
  • Molly, Sally y Max
  • Bea y Martha
  • Xavier, Mia y Jay
  • Angie y Lisa
  • Peter y James
  • Rachel y Mike

domingo, 10 de abril de 2011

¡Nuevo blog!

Bueno, solamente creo este post para decir que acabo de crear un nuevo blog, en el que colgaré noticias, críticas de libros, pelis o música, trucos, páginas webs útiles...se llama "Mi Rincón del Universo" y la dirección es la siguiente:

www.mirincondeluniverso.blogspot.com

¡Espero que os guste! Ya tengo nueve posts (todos escritos a lo largo del día), y seguiré subiendo cosas regularmente. Aún estoy trabajando en el diseño y todo eso, pero pronto quedará...¡espectacular!

Pero seguid viniendo por Cruce de Historias, ¿eh? ¡Que aún quedan muchas historias que escribir!

¡Nos vemos!