Bueno, sé que dije que iba a escribir primero "Dos Años en Londres", pero...¡no me he podido resistir a escribir sobre la ciudad de la luz y del amor primero! :D
Bueno, esta historia trata de un chico que se llama Alejandro, que tiene catorce años y se muda a París con sus hermanos Benjamín, de diez años, y Luisa, de dieciséis. A ver en qué desventuras se mete el chico este con sus nuevos amigos, los gemelos Claudia y Edouard.
Bueno, sin más dilación...¡aquí va!
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París.
París.
Aquello no sonaba bien en mi cabeza. Estaba casi convencido de que tampoco sonaba bien en la de mis hermanos.
-No puedo creerlo -sentenció Luisa, dando un golpe en la mesa-. No podéis hacerme esto.
-¡Sólo son tres años, Luisita! -exclamó mi padre-. Se pasarán volando.
Mi hermana le miró con lágrimas en los ojos.
-¡No lo entiendes! -explotó de repente-. ¡Aquí lo tengo todo! ¡Mis amigos, mi instituto, mi plan de vida...y a Roberto! ¿Qué voy a hacer en París, eh? ¿Me lo puedes decir? Estoy en primero de bachillerato. ¡Tendría que empezar a ir a la universidad allí!
-La Sorbogne es una de las universidades más prestigiosas del mundo -replicó mi padre, tajante.
Mi hermana no pudo aguantar más y reventó, solamente acertando a llorar desconsoladamente. Ni Benjamín ni yo sabíamos qué hacer: no entendíamos de tías. Quiero decir, somos chicos...no podemos hacer mucho con los dilemas de nuestra hermana mayor.
-A mí me parece bien -comentó Benjamín tras una pausa-. París tiene que ser muy bonito.
-Sí, para ir de viaje -bufé yo-. Pero...¿tres años?
-Es lo que me ha propuesto la multinacional -explicó papá-. Tres años o nada.
-¿Qué tal nada? -sugirió Luisa, en un tono un tanto borde.
-Tendríamos dinero suficiente para que Alex y tú entrases en La Sorbogne -añadió mamá, tratando de hacer sentir a mi hermana mejor.
¡Aquello era una mierda! No me podía creer que mis padres nos fueran a obligar a marcharnos tres años de Madrid. Yo estaba tan bien allí, con mis amigos, mi instituto...vale, no, no tenía novia. La última que había tenido era Elena, pero lo dejamos hacían unas semanas. Pero, ¿y qué? Solo estaba a las mil maravillas. Pero...entrar en una de las mejores universidades del mundo...caray. No podía creerlo. ¿Qué hacer? No quería quedar mal con mis padres, pero no quería hacerle la putada a mi hermana de no apoyarla en un momento tan difícil.
-A mí me da igual -sentencié, levantándome de golpe.
-Entonces ya está todo decidido -sentenció mi padre-. Nos vamos.
-¿Cuándo? -gimió Luisa con debilidad.
-Mi amigo Paul nos ha buscado una buena casa en el centro de la ciudad...seguro que os encanta. Nos mudaremos a fin de mes.
¿Fin de mes? ¿En mitad del curso? Aquello me parecía exagerado. En realidad, no me venía nada mal, porque tenía los parciales a fin de mes, pero aún así...empezar de cero...y en Francia, nada menos. Que yo sabía muy buen francés, no me malinterpretéis, pero me daba mal rollo todo aquello. ¿Qué pasaba si en el instituto nuevo no hacía buenas migas? ¿Y que pasaba si no tenía un francés a la altura de las circunstancias? Aquello mismo le pregunté a mi padre, que me contestó con una sonrisa:
-Todo saldrá bien, Alex. Lo único que tienes que hacer es hincar los codos con el francés, ¿entiendes?
Yo asentí secamente y corrí a mi cuarto a coger mi libro de francés, À Toi!, y empecé a leer todo el temario. Sí que tenía que apretar si quería ser mínimamente normal en París...¡nos marchábamos en a penas dos semanas!
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Bueno, eso ha sido todo por ahora :D ¡Pronto habrá más!
¡Ay! ¡Pobres!
ResponderEliminarEstoy deseando poder leer más ^^