Bueno, aquí va el segundo capítulo de mi primera historia de Percy Jackson ^^ Este tratará esencialmente de la primera actividad de una de las cuatro partes del primer día...la clase de tiro con arco... ¡Espero que os guste!
-.-.-.-.-.-.-.-.-
Tras el desayuno, los veinticuatro semidioses que en aquel momento poblaban el campamento siguieron a Quirón hasta el centro del campamento, donde había una esplendorosa fuente con aguas cristalinas. Lucas a penas pudo resistirse a la tentación de tratar de levantar el agua y echársela toda a Xavier en la cabeza, aunque su hermana Martina se lo había prohibido terminantemente. El chico, con un suspiro resignado, había mirado al centauro con expresión aburrida, lo mismo que a los profesores en el colegio.
-Os explico -dijo Quirón-. Tenemos cuatro actividades hoy: tiro con arco, lucha de espadas, supervivencia y griego clásico.
Todo el mundo pareció conforme con las actividades elegidas, por lo que siguieron al centauro hasta la pista de tiro con arco, donde cada uno se hizo con un carcaj y unas flechas y se dividieron en grupos para practicar. El primero estaba formado por cuatro grupos de seis, como los había dispuesto Quirón.
-Grupo Uno: Alex, Molly, Sally, Lucas, Martina y Mario. El segundo grupo es: Louis, Francis, Max, Bea, Martha y Rachel. El tercero: James, Andrew, Alfred, Angie, Lisa y Peter. Y el cuarto: Xavier, Jay, Mia, Manny, John, Anthony. Bueno, ya podéis empezar.
Al partirse los grupos, el primero rápidamente se puso en marcha con sus prácticas.
-¡Qué bien, Sally! -exclamó Molly, abrazando a su hermana-. ¡Estamos las dos en el mismo grupo!
-Sí -rió su hermana en conveniencia.
Los seis empezaron a practicar, y, mientras que Martina apuntaba, los demás observaban su técnica, sentados todos en unas rocas. Alex le estaba explicando algo a Lucas sobre las navajas suizas, y el hijo de Poseidón parecía bastante interesado por el tema. Mientras tanto, Molly y Sally hablaban juntas, mientras que Max se ataba los zapatos en silencio.
-Y tú, ¿qué? -inquirió Sally, dirigiéndose al chico pelirrojo-. Seguro que se te da genial el tiro con arco.
-¿Cómo lo sabes? -contestó Max, alzando la cabeza.
-Lo he leído en alguna parte -explicó la chica, sonriendo. Le encantaba mostrar sus capacidades a los demás. Además, no sabía por qué, pero aquel Mario le estaba cayendo bastante bien. Al poco rato, los tres habían empezado a conversar animadamente, hasta que Martina se sentó, anunciando Quirón el cambio de tirador.
-Te toca -indicó Martina a Molly, sentándose con su hermano y Alex. La chica meneó la cabeza-. No estaréis hablando de cuchillos, no?
-Le estaba contando cómo se hacen las navajas suizas -replicó Alex, un tanto ofendido.
-Ay, bueno, perdone usted -rió Martina, levantando las manos, fingiendo disculpas-. Pero lo último que me faltaba para quitarme el sueño era tener un hermano con cuchillo...
-Pues me he traído el set de navajas que me regaló mi tío -contó Lucas de una risotada.
-Eres un incordio, ¿sabes? -dijo Martina, poniendo los ojos en blanco y dándole un puñetazo amistoso a su hermano. En el fondo, aunque muy en el fondo, sabía que aquellos dos chicos iban a ser grandes amigos suyos.
Mientras tanto, en el segundo grupo, también se habían formado corritos de amistades. Louis y Francis parecían estar de acuerdo en algo sobre béisbol, que habían descubierto como coincidencia en ambos.
-Qué raro, yo pensaba que los de Atenea erais unos empollones -rió Louis. Obviamente no pensaba eso realmente, solamente lo decía por fastidiar a su nuevo amigo.
-Lo que tú digas -bufó Francis-. ¿De qué equipo eres?
-San Francisco 76ers -respondió Louis con orgullo.
-¡Pero si ese equipo es el peor! -exclamó Francis-. Yo soy de los Phillies de Philadelphia.
-¡Oye! -exclamó el hijo de Apolo-. Que ganaron la liga hace ocho años.
-Pues vaya -rió Francis-. Los Phillies la ganaron hace dos. Solamente que la última liga la ganaron los Red Sox.
Mientras los dos muchachos mantenían un tremendo debate sobre cuál de los dos equipos era mejor, Bea puso los ojos en blanco.
-Sólo tengo una palabra para estos dos: increíbles -suspiró.
-...mente estúpidos -terminó Martha, a su lado.
Las dos chicas rieron. Al ver que los otros dos se giraban a ver qué pasaba, en seguida menearon la cabeza como para decirles que no iba con ellos. Francis se encogió de hombros y siguió hablando de algún equipo de Iowa, ante lo cual las dos chicas no pudieron evitar reír otra vez.
Mike estaba sentado en una piedra, algo así como meditando. Su hermano Louis le había ofrecido sentarse con él y Francis, pero Mike había sentido que lo interrumpiría en su conversación. Sin embargo, cuando Rachel llegó a darle a Martha el arco y se sentó a su lado, el chico comentó:
-¿Qué te parece el campamento?
-Pues está bien -contestó Rachel, algo sorprendida por su repentina pregunta.
-¿Y tus hermanos?
-Bueno, Peter es un pequeño incordio, pero... -la chica esbozó una sonrisa-. Es un buen chico, ¿sabes? En el fondo me cae bien.
-A mí mis hermanos me caen bien -explicó Mike, riendo-, aunque Alfred está en otro grupo y parece que Louis ha encontrado un buen amigo en Francis. No lo culpo, me alegra que haya hecho buenos amigos.
-A mí me pasa lo mismo -convino Rachel-. La única persona con la que había hablado hasta ahora desde que llegamos ha sido Peter.
-La verdad es que pareces simpática -comentó Mike.
-Bueno...supongo... -musitó Rachel, sonriendo con timidez.
¿Por qué le estaba dando la impresión a Rachel de que aquel chico de pelo castaño llegaría a ser uno de sus mejores amigos?
El tercer grupo también estaba repartido en grupitos, que reían, comentaban o simplemente hablaban de sus vidas.
-Y entonces fui y le dije a la niña, "¡pero si no toca carne hoy!" -concluyó Andrew, narrándole una de sus peripecias por el mundo a su nuevo amigo Alfred.
Su amigo estalló en carcajadas bien sonoras que se pudieron escuchar por todo el campus.
-¡Ja, ja, ja! -rió-. Esa ha sido buena, Drew.
-¿Y tú, Al? -inquirió el chico de gafas naranjas-. ¿A ti no te ha pasado nada de eso antes?
-Bueno, yo no soy muy de gamberradas -explicó el chico de pelo negro.
-Ah, conque eres un buenecito, ¿no? -rió Andrew-. Bueno, da lo mismo. Está bien. Ya te enseñaré yo a gastar buenas bromas...
-Eso espero -dijo Alfred, riendo.
Mientras tanto, Lisa tenía su nariz sumergida en uno de los libros que estaba leyendo, Romeo y Julieta.
-Te pareces más a mamá de lo que piensas -comentó Angie de repente.
La chica levantó la cabeza.
-¿Por qué lo dices? -preguntó, algo malhumorada. No le gustaba que la relacionasen con Afrodita.
-¿Qué género literario te gusta más?
-Pues...supongo que el romance clásico...
-¿Y tu peli favorita?
-Titanic, sin ninguna duda.
-¡Ves! -exclamó Angie-. En el fondo, quieras que no, aparte de la belleza has sacado algo más. Vale, puede que no seas una idiota, pija de remate como Mia, pero...tampoco es malo ser hija de Afrodita, ¿oyes? Tienes que saberlo.
Lisa hizo un pequeño mohín, pero luego asintió lentamente.
-Tienes razón -admitió-. Supongo que no está tan mal. Además, me divierte insultar a esa estúpida.
Las dos chicas rieron, y vieron cómo James y Peter hacían lo mismo, pero por motivos bastante distintos.
-¿En serio que le tiraste un huevo crudo a la cabeza? -rió Peter escandalosamente, con su habitual voz chillona.
-Pues sí -admitió James-. La verdad es que Annie ya me estaba poniendo de los nervios, reventé y...¡cataplún! Huevo crudo que le cayó en todo el pelo.
-¡Qué malo eres! -rió Peter.
Los dos chicos siguieron riendo como locos ante las tonterías que decía cada uno, conociéndose los dos uno mejor al otro.
El cuarto grupo no iba tan bien como esperaban. Se habían dividido en dos grupos: Mia, Xavier y Jay, y Manny, John y Anthony. Los tres primeros estaban sentados en tres rocas distintas. Mia se estaba pintando las uñas de un color rosa fosforito de lo más hortera, mientras que Jay le daba unos chutes a su balón de fútbol y Xavier la miraba con extrañeza.
-Las niñas de Afrodita seréis unas pijas -apuntó el chico con descaro-. Pero tú al menos estás buenísima.
-Eso ya lo sé, ricura -replicó Mia-. Pero tendrías que ver a las parias de mis hermanas. Son unas horteras, y unas buenecillas...
-Tampoco están mal -replicó Jay mientras chutaba el balón con fuerza.
Los tres quedaron en silencio. La verdad era que eran el grupo más prepotente de todo el campamento, pero a ellos les gustaba así, aunque Jay podía ser mucho mejor de lo que aparentaba, le gustaba ser así por la inseguridad de no caerle bien a sus amigos si mostraba su auténtico ser.
Mientras tanto, los otros tres miembros del equipo estaban sentados en silencio. Manny estaba sentado en silencio con semblante serio, mientras que John estaba tirado sobre la hierba, mirando las nubes. Anthony probaba sus zapatillas distraídamente.
-Son chulas las zapas -comentó Manny un rato después.
-Gracias -dijo Anthony-. Regalo de mi padre. Mis hermanos también las tienen, pero he sido el único que se las ha puesto para venir aquí.
-¿Puedes volar? -inquirió John, levantando la cabeza.
-No sé muy bien aún -explicó el perezoso muchacho-. La verdad es que no tengo muchas ganas de volar, de todas formas. Cuesta un montón elevar el vuelo...y no hay ganas, realmente.
Manny no dijo nada. Le parecía raro, pero había entablado una buena amistad con su hermano y el chico vago de Hermes. Quién lo diría...él, que siempre había sido un lobo solitario, tenía dos buenos amigos...por primera vez se sintió bien. Como si hubiese cambiado.
Eso era lo que siempre le había faltado.
-.-.-.-.-.-.-.-
¡Espero que os haya gustado! He tardado una semana o así desde la última vez que publiqué, pero es que he estado súper ocupada con el insti y tal...solamente me ha dado tiempo de publicar algo en el otro blog de cuando en cuando @_@
En cualquier caso, ¡espero que haya llegado a la altura!
Introduzco aquí unas pequeñas notas, como las parejas de mejores amigos de cada uno (sí, sí, así son también en la realidad). Ah, y los grupos elegidos para las actividades se mantendrán siempre, salvo cuando se atrape la bandera, que se fusionarán en dos equipos, y son grupos de los amigos más cercanos en los casos de los tres primeros grupos. Ahora sí, las parejas de mejores amig@s (hay cuatro tríos de amigos):
-Os explico -dijo Quirón-. Tenemos cuatro actividades hoy: tiro con arco, lucha de espadas, supervivencia y griego clásico.
Todo el mundo pareció conforme con las actividades elegidas, por lo que siguieron al centauro hasta la pista de tiro con arco, donde cada uno se hizo con un carcaj y unas flechas y se dividieron en grupos para practicar. El primero estaba formado por cuatro grupos de seis, como los había dispuesto Quirón.
-Grupo Uno: Alex, Molly, Sally, Lucas, Martina y Mario. El segundo grupo es: Louis, Francis, Max, Bea, Martha y Rachel. El tercero: James, Andrew, Alfred, Angie, Lisa y Peter. Y el cuarto: Xavier, Jay, Mia, Manny, John, Anthony. Bueno, ya podéis empezar.
Al partirse los grupos, el primero rápidamente se puso en marcha con sus prácticas.
-¡Qué bien, Sally! -exclamó Molly, abrazando a su hermana-. ¡Estamos las dos en el mismo grupo!
-Sí -rió su hermana en conveniencia.
Los seis empezaron a practicar, y, mientras que Martina apuntaba, los demás observaban su técnica, sentados todos en unas rocas. Alex le estaba explicando algo a Lucas sobre las navajas suizas, y el hijo de Poseidón parecía bastante interesado por el tema. Mientras tanto, Molly y Sally hablaban juntas, mientras que Max se ataba los zapatos en silencio.
-Y tú, ¿qué? -inquirió Sally, dirigiéndose al chico pelirrojo-. Seguro que se te da genial el tiro con arco.
-¿Cómo lo sabes? -contestó Max, alzando la cabeza.
-Lo he leído en alguna parte -explicó la chica, sonriendo. Le encantaba mostrar sus capacidades a los demás. Además, no sabía por qué, pero aquel Mario le estaba cayendo bastante bien. Al poco rato, los tres habían empezado a conversar animadamente, hasta que Martina se sentó, anunciando Quirón el cambio de tirador.
-Te toca -indicó Martina a Molly, sentándose con su hermano y Alex. La chica meneó la cabeza-. No estaréis hablando de cuchillos, no?
-Le estaba contando cómo se hacen las navajas suizas -replicó Alex, un tanto ofendido.
-Ay, bueno, perdone usted -rió Martina, levantando las manos, fingiendo disculpas-. Pero lo último que me faltaba para quitarme el sueño era tener un hermano con cuchillo...
-Pues me he traído el set de navajas que me regaló mi tío -contó Lucas de una risotada.
-Eres un incordio, ¿sabes? -dijo Martina, poniendo los ojos en blanco y dándole un puñetazo amistoso a su hermano. En el fondo, aunque muy en el fondo, sabía que aquellos dos chicos iban a ser grandes amigos suyos.
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Mientras tanto, en el segundo grupo, también se habían formado corritos de amistades. Louis y Francis parecían estar de acuerdo en algo sobre béisbol, que habían descubierto como coincidencia en ambos.
-Qué raro, yo pensaba que los de Atenea erais unos empollones -rió Louis. Obviamente no pensaba eso realmente, solamente lo decía por fastidiar a su nuevo amigo.
-Lo que tú digas -bufó Francis-. ¿De qué equipo eres?
-San Francisco 76ers -respondió Louis con orgullo.
-¡Pero si ese equipo es el peor! -exclamó Francis-. Yo soy de los Phillies de Philadelphia.
-¡Oye! -exclamó el hijo de Apolo-. Que ganaron la liga hace ocho años.
-Pues vaya -rió Francis-. Los Phillies la ganaron hace dos. Solamente que la última liga la ganaron los Red Sox.
Mientras los dos muchachos mantenían un tremendo debate sobre cuál de los dos equipos era mejor, Bea puso los ojos en blanco.
-Sólo tengo una palabra para estos dos: increíbles -suspiró.
-...mente estúpidos -terminó Martha, a su lado.
Las dos chicas rieron. Al ver que los otros dos se giraban a ver qué pasaba, en seguida menearon la cabeza como para decirles que no iba con ellos. Francis se encogió de hombros y siguió hablando de algún equipo de Iowa, ante lo cual las dos chicas no pudieron evitar reír otra vez.
Mike estaba sentado en una piedra, algo así como meditando. Su hermano Louis le había ofrecido sentarse con él y Francis, pero Mike había sentido que lo interrumpiría en su conversación. Sin embargo, cuando Rachel llegó a darle a Martha el arco y se sentó a su lado, el chico comentó:
-¿Qué te parece el campamento?
-Pues está bien -contestó Rachel, algo sorprendida por su repentina pregunta.
-¿Y tus hermanos?
-Bueno, Peter es un pequeño incordio, pero... -la chica esbozó una sonrisa-. Es un buen chico, ¿sabes? En el fondo me cae bien.
-A mí mis hermanos me caen bien -explicó Mike, riendo-, aunque Alfred está en otro grupo y parece que Louis ha encontrado un buen amigo en Francis. No lo culpo, me alegra que haya hecho buenos amigos.
-A mí me pasa lo mismo -convino Rachel-. La única persona con la que había hablado hasta ahora desde que llegamos ha sido Peter.
-La verdad es que pareces simpática -comentó Mike.
-Bueno...supongo... -musitó Rachel, sonriendo con timidez.
¿Por qué le estaba dando la impresión a Rachel de que aquel chico de pelo castaño llegaría a ser uno de sus mejores amigos?
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El tercer grupo también estaba repartido en grupitos, que reían, comentaban o simplemente hablaban de sus vidas.
-Y entonces fui y le dije a la niña, "¡pero si no toca carne hoy!" -concluyó Andrew, narrándole una de sus peripecias por el mundo a su nuevo amigo Alfred.
Su amigo estalló en carcajadas bien sonoras que se pudieron escuchar por todo el campus.
-¡Ja, ja, ja! -rió-. Esa ha sido buena, Drew.
-¿Y tú, Al? -inquirió el chico de gafas naranjas-. ¿A ti no te ha pasado nada de eso antes?
-Bueno, yo no soy muy de gamberradas -explicó el chico de pelo negro.
-Ah, conque eres un buenecito, ¿no? -rió Andrew-. Bueno, da lo mismo. Está bien. Ya te enseñaré yo a gastar buenas bromas...
-Eso espero -dijo Alfred, riendo.
Mientras tanto, Lisa tenía su nariz sumergida en uno de los libros que estaba leyendo, Romeo y Julieta.
-Te pareces más a mamá de lo que piensas -comentó Angie de repente.
La chica levantó la cabeza.
-¿Por qué lo dices? -preguntó, algo malhumorada. No le gustaba que la relacionasen con Afrodita.
-¿Qué género literario te gusta más?
-Pues...supongo que el romance clásico...
-¿Y tu peli favorita?
-Titanic, sin ninguna duda.
-¡Ves! -exclamó Angie-. En el fondo, quieras que no, aparte de la belleza has sacado algo más. Vale, puede que no seas una idiota, pija de remate como Mia, pero...tampoco es malo ser hija de Afrodita, ¿oyes? Tienes que saberlo.
Lisa hizo un pequeño mohín, pero luego asintió lentamente.
-Tienes razón -admitió-. Supongo que no está tan mal. Además, me divierte insultar a esa estúpida.
Las dos chicas rieron, y vieron cómo James y Peter hacían lo mismo, pero por motivos bastante distintos.
-¿En serio que le tiraste un huevo crudo a la cabeza? -rió Peter escandalosamente, con su habitual voz chillona.
-Pues sí -admitió James-. La verdad es que Annie ya me estaba poniendo de los nervios, reventé y...¡cataplún! Huevo crudo que le cayó en todo el pelo.
-¡Qué malo eres! -rió Peter.
Los dos chicos siguieron riendo como locos ante las tonterías que decía cada uno, conociéndose los dos uno mejor al otro.
***
El cuarto grupo no iba tan bien como esperaban. Se habían dividido en dos grupos: Mia, Xavier y Jay, y Manny, John y Anthony. Los tres primeros estaban sentados en tres rocas distintas. Mia se estaba pintando las uñas de un color rosa fosforito de lo más hortera, mientras que Jay le daba unos chutes a su balón de fútbol y Xavier la miraba con extrañeza.
-Las niñas de Afrodita seréis unas pijas -apuntó el chico con descaro-. Pero tú al menos estás buenísima.
-Eso ya lo sé, ricura -replicó Mia-. Pero tendrías que ver a las parias de mis hermanas. Son unas horteras, y unas buenecillas...
-Tampoco están mal -replicó Jay mientras chutaba el balón con fuerza.
Los tres quedaron en silencio. La verdad era que eran el grupo más prepotente de todo el campamento, pero a ellos les gustaba así, aunque Jay podía ser mucho mejor de lo que aparentaba, le gustaba ser así por la inseguridad de no caerle bien a sus amigos si mostraba su auténtico ser.
Mientras tanto, los otros tres miembros del equipo estaban sentados en silencio. Manny estaba sentado en silencio con semblante serio, mientras que John estaba tirado sobre la hierba, mirando las nubes. Anthony probaba sus zapatillas distraídamente.
-Son chulas las zapas -comentó Manny un rato después.
-Gracias -dijo Anthony-. Regalo de mi padre. Mis hermanos también las tienen, pero he sido el único que se las ha puesto para venir aquí.
-¿Puedes volar? -inquirió John, levantando la cabeza.
-No sé muy bien aún -explicó el perezoso muchacho-. La verdad es que no tengo muchas ganas de volar, de todas formas. Cuesta un montón elevar el vuelo...y no hay ganas, realmente.
Manny no dijo nada. Le parecía raro, pero había entablado una buena amistad con su hermano y el chico vago de Hermes. Quién lo diría...él, que siempre había sido un lobo solitario, tenía dos buenos amigos...por primera vez se sintió bien. Como si hubiese cambiado.
Eso era lo que siempre le había faltado.
-.-.-.-.-.-.-.-
¡Espero que os haya gustado! He tardado una semana o así desde la última vez que publiqué, pero es que he estado súper ocupada con el insti y tal...solamente me ha dado tiempo de publicar algo en el otro blog de cuando en cuando @_@
En cualquier caso, ¡espero que haya llegado a la altura!
Introduzco aquí unas pequeñas notas, como las parejas de mejores amigos de cada uno (sí, sí, así son también en la realidad). Ah, y los grupos elegidos para las actividades se mantendrán siempre, salvo cuando se atrape la bandera, que se fusionarán en dos equipos, y son grupos de los amigos más cercanos en los casos de los tres primeros grupos. Ahora sí, las parejas de mejores amig@s (hay cuatro tríos de amigos):
- Alex, Lucas y Martina
- Manny, John y Anthony
- Louis y Francis
- Alfred y Andrew
- Molly, Sally y Max
- Bea y Martha
- Xavier, Mia y Jay
- Angie y Lisa
- Peter y James
- Rachel y Mike
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