-Pero ¿qué es esto? -rió Maya, cogiendo la flor. En ese mismo instante, un recuerdo le vino a la cabeza.
Maya estaba sentada en el patio de la escuela, llorando. Tenía la cara hundida entre las rodillas, y los ojos rojos de llorar. Llevaba así todo el día, desde que su padre se fue. ¿Por qué habría sido? No lo entendía. Su mamá le había dicho que no podían seguir viviendo juntos y que su papá se iba. ¡No era justo! Ella quería mucho a su papá, y por eso había pasado horas enteras llorando, sola en un rincón del patio. Hasta un momento en el que sintió una voz llamándola.
-Maya...
La niña levantó la cabeza para encontrar a Kenny sonriéndole comprensivamente, con un tulipán en la mano. Era rojo y grande, y se lo ofreció a su amiga.
-Eres muy buena y no te mereces estar triste -alegó el niño mientras le hacía entrega de la flor.
La niña se limpió las lágrimas de la cara y sonrió a su amigo.
Maya sonrió. Siempre había tenido aquella flor cerca de sí, ya que era un símbolo de su amistad. Aunque ahora estuviese mustia, para ella significaba lo mismo. Sonrió mientras dejaba el sombrero con el tulipán dentro y se cambiaba al pijama. Aún pensando en todas las aventuras que habían vivido de pequeños, Maya se fue a dormir, apagó la luz y se metió en su cama. A los pocos segundos, oyó el rebotar de un objeto en la ventana de su dormitorio. Levantó la cabeza pero, al no ver nada, volvió a la cama, pero, instantes más tarde, volvió a escuchar aquel golpe. Cansada, fue a la ventana, la abrió y sintió cómo una pelota de goma le rebotaba en la cabeza.
-¡Ay! -exclamó, frotándose la frente. Miró hacia abajo, y encontró los ojos de Kenny, que la llamaba al jardín. La chica, que no tenía ni idea de qué estaría tramando aquel chico, bajó corriendo hasta los jardines, donde encontró a Kenny-. ¿Qué quieres? -quiso aparentar fastidio, pero en realidad estaba contenta.
-Nada, solamente me aburría, DiDi -replicó Kenny con una sonrisa juguetona.
-¡No me llames así! -exclamó la enfadada muchacha.
-Da lo mismo -dijo despreocupadamente, haciendo un gesto negativo con la cabeza-. Solamente quería ofrecerte un trato.
-¿Qué tipo de trato? -inquirió Maya con curiosidad.
-Yo te digo quién me gusta si tú me dices quién te gusta -ofreció Kenny con una sonrisa pícara.
Maya se mordió el labio inferior, dudando qué debería hacer. Finalmente, asintió y dijo:
-Te doy pistas. La primera es que es muy amigo mío.
-Ash... -murmuró Kenny con frustración.
-...y me dio un tulipán rojo cuando teníamos cinco años -concluyó Maya, sonriendo tímidamente.
Kenny la miró sin comprender, pero instantes después se iluminó su rostro y sonrió desmesuradamente, pero no tuvo tiempo de contestar porque Maya se inclinó hacia delante y le plantó un beso. Tras unos instantes, Maya se separó de él, y le preguntó:
-Y tú, ¿qué? ¿Quién te gusta?
-Dicen que cuando un chico fastidia a una chica, significa que esa chica le gusta -explicó Kenny lentamente-. Pero eso no es verdad conmigo. Yo no te fastidio porque me gustes, te fastidio porque te quiero.
...
...
...
¡Aiis! ¡Cuánto me ha gustado escribir esto! Bueno, en realidad es una adaptación de mi historia colgada en FanFiction, "The Yellow Hat". ¡El próximo capítulo tendrá más acción!
¡¡Ah!!
ResponderEliminar¡¡Has hecho realidad mi deseo!!
¡¡Qué confesión más bonita!!
Me encanta, me encanta, me encanta ^^
¡¡Wii!!
Ahora solo quedan tres parejitas más por juntarse.
Jajajajjajajajaja
No se porque me huele que la que más va a tardar va a ser la de Ash/Aura... Hmm... habrá que ver como se desarrollan los actos ^^